La mujer sufrió la rotura del tabique nasal, además de golpes y excoriaciones en distintas partes del cuerpo. Fue atendida después de más de una hora de espera en la comisaría, donde no le permitieron higienizarse hasta que fuera revisada por el médico policial. Luego la trasladaron al Hospital de Oberá, donde confirmaron las lesiones.

El testimonio de una de las hijas de la víctima reveló la brutalidad del episodio: “La casa era un charco de sangre. Cuando vi eso pensé que la había apuñalado”, expresó. También denunció irregularidades en el procedimiento policial: “Cuando llegamos, él estaba en la misma sala que mi mamá, sin esposas, riéndose con otros policías. Sentí mucha impotencia por la impunidad que tiene”, señaló.

La joven afirmó que una oficial llegó a amenazarla cuando reclamó asistencia para su madre: “Me dijo que me tranquilice porque la que iba a terminar presa era yo. Una falta de respeto total”.

El miedo domina hoy a la familia. Temen que Silva recupere la libertad en poco tiempo: “Dijeron que va a estar preso pocos días, siendo que casi mató a mi mamá. Estamos con mucho miedo porque sabemos de lo que es capaz”, advirtió la hija.

La causa avanza mientras la víctima y sus hijos reclaman protección y cuestionan el accionar de los efectivos que intervinieron tras la denuncia.