Alerta sanitaria en el Parque Nacional Iguazú por casos de tuberculosis en la fauna silvestre

La detección de tuberculosis bovina en monos y coatíes del Parque encendió las alarmas en la comunidad científica, con posibles implicancias para la salud pública y el turismo en la región.
El Parque Nacional Iguazú, uno de los destinos turísticos más reconocidos de Argentina y Patrimonio de la Humanidad, enfrenta un nuevo reto sanitario. Investigadores del Instituto Nacional de Medicina Tropical (INMeT-ANLIS), el Instituto de Biología Subtropical (IBS-UNAM-CONICET), el Instituto Misionero de Biodiversidad (IMIBIO) y el Refugio de Animales Silvestres Guirá Oga confirmaron la presencia de tuberculosis bovina (Mycobacterium bovis) en animales silvestres de la zona turística del parque. Este brote no solo amenaza a la fauna local sino que también plantea riesgos de transmisión hacia visitantes humanos y desafíos significativos para la conservación y sostenibilidad del turismo.
La alarma surgió cuando el personal del parque notó la presencia de un mono en malas condiciones, y una necropsia posterior reveló que la causa era tuberculosis. Posteriormente, el brote se expandió a otros monos y coatíes, marcando la primera publicación registrada de Mycobacterium bovis en especies silvestres del parque. Si bien la bacteria suele tener su principal reservorio en bovinos domésticos, su aparición en un área de gran concentración turística plantea múltiples interrogantes sobre las vías de transmisión y la expansión de la enfermedad.
En términos de transmisión, la bacteria puede propagarse a través del aire, por contacto directo entre animales o mediante el consumo de productos animales no pasteurizados. Dada la cercanía de la fauna a las áreas más concurridas del parque, existe una exposición constante entre visitantes y animales, que se ven atraídos por la oferta de comida y los restos de alimentos que dejan los turistas. Esta situación podría facilitar la propagación del patógeno y acentuar la problemática sanitaria.
Para especies en peligro, como el yaguareté, el riesgo es aún más alarmante. Este depredador, junto con otros carnívoros como el puma, podría infectarse al consumir monos o coatíes afectados. La tuberculosis bovina en animales como estos podría tener efectos devastadores en la población de carnívoros en la región, un escenario que los científicos ven con preocupación.
Ante esta situación, el parque evalúa implementar medidas para limitar el acceso de los animales a las zonas de comida, ya que en el periodo de pandemia, cuando el parque estuvo cerrado, la fauna había dejado de acercarse a estas áreas. Sin embargo, esta gestión requiere un esfuerzo conjunto entre las autoridades y las empresas que operan en el parque para proteger tanto la salud de los visitantes como la conservación de su biodiversidad.