La denuncia fue presentada por dos hermanas oriundas de Leandro N. Alem, quienes habían sido contratadas para trabajar en el lugar bajo la promesa de un salario de 400.000 pesos y un contrato formal. Sin embargo, al ingresar al geriátrico, encontraron una situación distinta a la pactada.

Las denunciantes expusieron que no solo debían trabajar en el geriátrico, sino también en diversos domicilios particulares sin descanso ni alimentación, cumpliendo jornadas de doble turno. Además, afirmaron que los ancianos sufrían maltratos y que la dueña del establecimiento tenía un modus operandi basado en la contratación irregular de empleados, a quienes luego despedía sin previo aviso y sin abonar sus salarios.

El 27 de febrero, tras exigir explicaciones sobre sus funciones, la propietaria reaccionó de manera agresiva y las expulsó del lugar. Ante esta situación, las trabajadoras abandonaron el geriátrico y buscaron refugio en la casa de un conocido en Posadas, tras lo cual radicaron la denuncia en la Seccional Décima Quinta de la Unidad Regional X de la Policía.

Según la descripción de las denunciantes, el geriátrico funcionaba en una casa de mampostería con varias habitaciones, cada una ocupada por un anciano, y un patio trasero con salida a la calle. Durante el allanamiento, las autoridades verificaron las condiciones de los residentes y recabaron pruebas que podrían respaldar las acusaciones.

El caso sigue en investigación y se espera que la Justicia determine las responsabilidades en los próximos días.