Durante la captura, se le colocó a Kunumí un collar satelital para seguir sus movimientos, se le tomaron muestras de sangre, peso y talla, y luego fue liberada en una zona natural protegida de la provincia. Los datos recolectados permitirán a los científicos monitorear de cerca su vida y determinar sus desplazamientos, distancias recorridas y áreas prioritarias para la conservación de la especie.

Kunumí es parte de un programa continuo de monitoreo que busca profundizar los conocimientos sobre el yaguareté. Se tiene información detallada sobre su madre y su abuela, y su captura representa la oportunidad de seguir a la tercera generación de la especie. Después de nacer en el Parque Nacional Iguazú, Kunumí pasó tiempo en el Parque Nacional do Iguaçu de Brasil, luego cruzó la frontera y fue vista en la Reserva El Puente Verde de Aves Argentinas y otras áreas protegidas de la Península Andresito, donde tuvo dos cachorros.

El monitoreo de Kunumí y otras iniciativas buscan mejorar la coexistencia entre las actividades humanas y la biodiversidad, reduciendo el riesgo de depredaciones de grandes felinos sobre animales domésticos. Esto incluye el fortalecimiento de reservas públicas y privadas, y el desarrollo de actividades turísticas y de producción sustentable.

Estas acciones se enmarcan en el Plan de Conservación del Yaguareté para Misiones, un esfuerzo interinstitucional e internacional que busca proteger al mayor felino de América y emblema de la Selva Paranaense, considerado Monumento Natural Nacional y provincial de Misiones.