Un llamado al 911 alertó del hecho a la dependencia policial de Profundidad, que por jurisdicción es la más cercana al lugar de los hechos. No obstante, los policías jamás esperaron encontrarse con la escena que parecía salida de una película de terror.

Lorenzo Ramón Da Rosa, de 40 años, quien tenía una discapacidad motriz a razón de una amputación de una pierna, se encontraba sin vida en el suelo de la calle terrada. Tenía múltiples cortes, con las vísceras y el corazón fuera del cuerpo. Además, sus intestinos estaban atados en las muletas en forma de cruz.

El homicida, identificado como José Andrés Quednau (37), fue detenido por los agentes que llegaron a la escena del crimen. El hombre tenía los machetes en su poder y las manos cubiertas de sangre, gritó: “¡Me lo voy a comer!”.

En el lugar también estaba la mujer, que sufrió cortes en el rostro y la espalda cuando intentó defender a su pareja, según relató la policía. Fue llevada en un patrullero al Hospital Madariaga de Posadas, donde quedó internada y se encuentra fuera de peligro.

Según lo que pudieron reconstruir las autoridades, el ataque sucedió a unos 700 metros de la casa en la que vivían la víctima, Ramón Lorenzo Da Rosa, de 40 años, y su pareja, Teresa del Carmen Venencio, de 42.

El asesino los habría increpado en ese lugar. Quednau ya tenía una denuncia por violencia que había realizado su expareja, por lo que la Justicia le había dictado una perimetral.

Sin embargo, el informe del médico de la policía aportó detalles que evidencian el bestial ataque que sufrió Da Rosa. En un extenso certificado, la documentación detalló que Quednau le sacó parte del cuero cabelludo a la víctima y se lo introdujo en la boca.

El atacante quedó detenido en la comisaría de la pequeña localidad de Profundidad, donde una bioquímica policial estableció que no se encontraba alcoholizado al momento del crimen.