De las adicciones a la Fe: la transformadora historia de Rubén Acosta






Tras una juventud marcada por las adicciones, Rubén Acosta hoy es un ejemplo de superación. Luego de encontrar la fe y reconstruir su vida, lleva un mensaje de esperanza a quienes atraviesan situaciones similares.
En la localidad de Garupá, se encuentra Rubén Acosta (52), un anciano de la Iglesia Adventista del Séptimo Movimiento de Reforma y misionero incansable. A primera vista, parece un hombre tranquilo y sereno, pero detrás de su apariencia se esconde una historia de lucha, superación y fe. Hoy, Rubén dedica su vida a servir a los demás, llevando un mensaje de esperanza y transformación a aquellos que atraviesan situaciones difíciles, como él mismo vivió años atrás.
"Actualmente soy anciano de iglesia y misionero", explica Rubén al comenzar la entrevista con NOVA. Su rol en la congregación es similar al de un pastor, con algunas diferencias clave. "Un anciano hace lo mismo que un pastor, excepto que no realiza casamientos. Da la Santa Cena, bautiza, reorganiza la iglesia y brinda consejería", detalla.
Como misionero, su labor no se limita a una sola congregación. "Tengo a mi cargo tres iglesias: Oberá, Helvecia y Posadas. Realizo giras, atiendo a los miembros, a los interesados, y hago visitas", comenta. Aunque su hogar se encuentra en Garupá, vive gran parte del tiempo en la casa misión de Helvecia, desde donde se desplaza para cumplir con sus responsabilidades.
El camino que llevó a Rubén a convertirse en un servidor de su congregación fue largo y tortuoso. "A los 15 años empecé a tomar alcohol y a drogarme", cuenta. La historia que narra está llena de episodios de sufrimiento y lucha interna. Su adicción lo llevó a cometer delitos, caer en prisión en múltiples ocasiones y vivir al margen de la sociedad. "Mi madre, mi esposa y toda mi familia sufrían mucho por la vida que llevaba", relata.
La situación era tan grave que la policía le advirtió a su esposa que, si no cambiaba su comportamiento, podría terminar matándolo. "Vivía perdido, sucio, abandonado. Un desastre fue mi vida", recuerda. Intentó suicidarse, convencido de que no había otra salida para su situación.
El inicio de una transformación
Rubén sabía que necesitaba ayuda, pero no era suficiente que otros se la ofrecieran; Tenía que buscarla por su propia voluntad. "Cuando tenía 21 años me interné en Reto a la Vida”, una fundación cristiana que asiste a personas con adicciones. Sin embargo, su primera estancia en el centro de rehabilitación solo duró 15 días. "Me creí que estaba bien y regresé a casa, pero volví a caer".
La situación empeoró. "Me gustaba mucho la pastilla, no tenía asco de ponerme lo que sea en la boca con tal de drogarme. Cada vez estaba peor", explica. Rubén se dio cuenta de que necesitaba algo más que una simple internación; necesitaba un cambio profundo y duradero. Fue entonces, a los 31 años, cuando decidió intentarlo de nuevo, pero esta vez con una fe renovada. "Le pedí en primer lugar a Dios que me ayudara".
La segunda vez que ingresó a Reto a la Vida, Rubén permaneció internado durante ocho meses. "Para rehabilitarse te lleva un año y medio, pero yo estuve ocho meses. Depende de uno mismo, no tanto del tiempo. Si la persona se interna obligada o por alguien, no sirve", aclara, señalando que el éxito de su recuperación se debía a su convicción y al apoyo divino que encontró en Dios.
Salir del centro de rehabilitación no fue fácil. "Cuando uno está allá es como si hubiera una muralla de contención, pero cuando sale, se encuentra con una montaña de tentaciones", explica. Sin embargo, esta vez estaba decidido a no volver a su antigua vida. "No me siento seguro de mí mismo, o no quiero tener confianza propia, porque muchísimas veces fracasé al intentar con mis propias fuerzas", admite, reconociendo que su fortaleza proviene de su fe.
"Desde ahí me dediqué a servir a Dios", afirma Rubén, quien lleva 20 años como misionero. Para él, su fe ha sido la clave para mantenerse firme y alejado de las adicciones. "Todos, de una forma u otra, necesitamos de Dios", sostiene. En su caso, fue su fe quien llenó el vacío que las drogas y el alcohol nunca pudieron llenar. "Jesús es el único que puede llenar ese vacío", dice con convicción.
El después de su cambio
La transformación de Rubén no pasó desapercibida en su comunidad. "En mi barrio, los vecinos no me querían ni ver; ninguna confianza en mí tenían. Pero al ver ellos un cambio, se asombraron, no podían creerlo", cuenta. Hoy, Rubén se siente libre de la carga que una vez lo ató. "Gracias a Dios que puedo mirar al frente, lo de atrás ya quedó atrás", asegura, con una fe inquebrantable en que su nueva vida tiene sentido y propósito.
Para Rubén, la vida sigue presentando desafíos, pero su perspectiva es distinta. "Problemas de diferentes formas hay, pero uno con Cristo ve desde otro ángulo", explica. La paz y la serenidad que proyectan provienen de esa nueva manera de ver la vida, en la que las dificultades se enfrentan con esperanza y fortaleza.
Hoy, Rubén utiliza su experiencia para ayudar a otros que se encuentran en situaciones similares a la que él vivió. "Cuando tengo la oportunidad de hablar con las personas, lo hago", dice. Su historia es un testimonio de que, aunque el camino de la recuperación es difícil, no es imposible. Para él, la clave está en encontrar fuerza en la fe y en la voluntad de cambiar.
Al finalizar la entrevista, Rubén deja un mensaje para quienes sufren de adicciones: "En Cristo hay esperanza y una salida. No todo está perdido. Es importante su vida, Dios le ama y eso lo demostró al morir en una cruz". Y, como cierre, cita dos versículos bíblicos que lo han acompañado en su viaje: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda más tenga vida eterna" (San Juan 3:16) y "Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí, y al que a mí viene, no lo echo fuera" (San Juan 6:37).
La historia de Rubén Acosta es una prueba viviente de que, incluso en los momentos más oscuros, hay una luz de esperanza que puede guiar a las personas hacia una vida mejor.