La situación es polémica, considerando que desde noviembre del año anterior, el servicio de transporte público ha sido irregular, llegando incluso al extremo de dejar a los estudiantes sin medios para llegar a sus escuelas, como ocurrió el mismo día que fue aprobado el aumento, cuando los colectivos no realizaron su recorrido habitual.

Hasta el día anterior al aumento, el costo del boleto era de 130 pesos con SUBE y 170 pesos sin ella. La empresa justificó su solicitud de incremento señalando los crecientes costos asociados a la prestación del servicio.

Inicialmente, la empresa solicitó un aumento a 1400 pesos, pero tras un debate entre empresarios y autoridades locales, se llegó a un acuerdo para que el incremento sea gradual, evitando perjudicar a las economías familiares ya afectadas por ajustes anteriores.

El presidente del Concejo, Remigio Smith, propuso que el municipio subsidie parte del boleto para mitigar el impacto en los usuarios. En virtud de esto, desde el jueves, el boleto urbano con SUBE costará 700 pesos, de los cuales los usuarios abonarán 600, mientras que el municipio subsidiará los restantes 100 pesos. Sin SUBE, el costo será de 900 pesos, de los cuales el pasajero pagará 700 y el municipio subsidiará los 200 pesos restantes.

A partir del 1 de abril, los pasajeros deberán pagar 700 pesos con SUBE y 800 pesos sin ella, mientras que el 1 de mayo, los costos se incrementarán a 750 y 850 pesos respectivamente.

Por otra parte, el Concejo recibió numerosas quejas, sugerencias y pedidos de los vecinos respecto al servicio, solicitando especialmente la instalación de una boca de expendio de tarjetas SUBE dentro del casco urbano, con una mayor disponibilidad de días y horarios de atención.