El edil Miguel "Toty" Tarnoski, al explicar el propósito del proyecto, destacó la importancia de acompañar a los pueblos originarios y promover su integración en la vida comunitaria. Sin embargo, la sesión del 27 de marzo reveló una postura opuesta por parte de algunos concejales.

Matías Sosa, uno de los ediles, argumentó en contra del asueto, calificando a las comunidades mbya guaraní como un obstáculo para el desarrollo municipal. Sus comentarios, registrados en el acta oficial, incluyen afirmaciones despectivas y discriminatorias, acusando a estas comunidades de usurpación de tierras y de “reproducirse como conejos”.

También votó contra el proyecto el concejal Juan Carlos Closs, quien hizo eco de los argumentos de Sosa: “ellos son como abejas, tienen montón de hijos, se forman 6 o 7 y ya se van a formar un nuevo nido”.

Estos comentarios provocaron una reacción inmediata por parte de otros miembros del Concejo y de la presidenta del mismo, quienes condenaron sus expresiones y subrayaron la inadmisibilidad de tales comentarios en un ámbito oficial. Las repercusiones no se hicieron esperar, con la suspensión de sesiones posteriores y el traslado del encargado de redactar el acta de la sesión del 27 de marzo.

En medio de esta controversia, el concejal Tarnoski lamentó la actitud de sus colegas y enfatizó la necesidad de asumir responsabilidad por las palabras y acciones de quienes ocupan cargos públicos. Más allá de las medidas tomadas posteriormente, la polémica generada destaca la importancia de un diálogo respetuoso y constructivo en el ámbito político, especialmente cuando se trata de cuestiones relacionadas con la inclusión y el respeto a los derechos de los pueblos indígenas.