De acuerdo a lo trascendido, la detención se aceleró luego de la declaración de otro conocido de Portillo, quien replicó la supuesta admisión del crimen por parte del acusado por medio de un mensaje de texto.

Además, en el procedimiento del viernes 30 por la tarde, día que fue encontrado el cuerpo de Portillo con puñaladas en diferentes partes del cuerpo, se le secuestró el teléfono celular al acusado para ser peritado por expertos de Cibercrimen. De este dispositivo habrían surgido datos clave en el caso.

Marcharon pidiendo justicia por Ema

Durante la jornada de ayer, se llevó adelante una marcha en pedido de justicia por Emanuel, el joven que fue encontrado sin vida el pasado 30 de diciembre. Fue su propia madre quien lo encontró muerto, semidesnudo y con puñaladas en diferentes partes del cuerpo.

María Alejandra Benítez, la madre de la víctima, encabezó la manifestación de ayer, acompañada por familiares, amigos de Ema y otras personas de la comunidad. En total fueron alrededor de mil personas que caminaron por las calles principales del municipio hasta la comisaría.

En ese contexto, se conoció el relato de María Alejandra Benítez (38) madre de Emanuel, contando que fue ella quien encontró en ese estado a su propio hijo. Además, remarcó su molestia con los integrantes de la comisaría de Azara, quienes habrían minimizado la desaparición del joven cuando ella se presentó a denunciar.

“Me preguntaron cuántos años tenía mi hijo, cuando lo dije la respuesta fue ‘ah, espere que es mayor, ya volverá’ (…) Al otro día seguimos buscando y lo encontramos entre el tacuaral a cinco cuadras de mi casa”contó la mujer en medios misioneros.

Añadió que “de todas maneras hoy (por el lunes), me dieron más explicaciones y aseguraron que los investigadores tienen presuntas pruebas de quién fue el que mató a mi hijo, pero que no podían dar detalles”.

Recordó que el jueves 29 de diciembre por la tarde se alarmó “porque Emanuel mandaba siempre mensajes o los respondía de inmediato a mí o a su abuela. Siempre sabíamos dónde estaba. Él trabajaba mucho ofreciendo productos de cartilla o en el vivero que montó en la casa de la abuela para que crezcan orquídeas y cactus, que también vendía. Él se sustentaba sólo, laburaba todo el día para pagar su alquiler y comprarse sus cosas”.

Agregó que, entre sus sospechas, el ataque y muerte a su hijo fue un “crimen de odio, de mucho odio, de alguien que no quiere a nadie. Me cuesta creer que haya sido una sola persona el que lo mató de esa manera”.

“Emanuel era un muchacho fuerte, robusto, no sé con precisión pero de 1,80 metros de altura. Uno solo no lo pudo apuñalar y golpear tanto” expresó la mujer.

Los resultados de la autopsia encuadran lo sucedido con las características de un crimen con alevosía. En su cuerpo se registraron 42 rastros de estocadas de cuchillo o puñal, seis de ellas en zonas vitales determinantes como el corazón y pulmones. También sufrió traumatismos de cráneo por medio de golpes, aparentemente en un intento de resistirse al crimen.