Información General
Informe del INTA

La sequía y las condiciones climáticas propician incendios incontrolables en el NEA

Fuego incontrolable en la Estación Experimental Agropecuaria “El Sombrerito”.

La sequía y los vientos reinantes no dan tregua en la región NEA que viene siendo devorada por distintos incendios. Uno de ellos tomó estado público a nivel nacional, el pasado miércoles 19 de agosto, y se trata de la Estación Experimental Agropecuaria “El Sombrerito” Corrientes donde se registró un importante incendio en uno de los dos predios con que cuenta la unidad, el que está sobre las márgenes del Río Paraná, cercano al poblado de El Sombrero.

Poco antes del mediodía se tuvo conocimiento del avistaje de una columna de humo hacia el límite sur de la unidad. Se sumaron al trabajo cinco dotaciones de bomberos: una de Riachuelo, dos de Empedrado, dos de Capital y una autobomba de División Forestales de Policía.

También se hicieron presentes el jefe de Bomberos de Policía de Corrientes; el intendente de El Sombrero Raúl González; y la Policía de El Sombrero.

Casi en simultáneo, se detectó un segundo foco ígneo hacia el fondo (Oeste) en la zona de potreros y arrocera, en cercanías al Rio Paraná, hasta allí acudieron las distintas dotaciones de bomberos y el personal del INTA que combatían las llamas; dada la cantidad de materia vegetal seca disponible y la velocidad de viento, hubo momentos de mucha tensión por la propagación del fuego en dirección al Arroyo El Sombrero (limite Norte de la EEA). En esa zona se puso énfasis en defender las instalaciones de corrales y bretes.

Las tareas iniciales se concentraron en defender las instalaciones en zona de galones, talleres, casas de familias y Centro de Multiplicación de Aves expuestos al avance del fuego.

Otro grupo del personal se dedicó a abrir portadas para permitir el escape de los animales y al rescate de terneros chicos y en algunos casos recién nacidos. Dos tractores grandes equipados con rastras estuvieron dedicados a ampliar cortafuegos y construir nuevos, mientras que los dos tractores chicos hacían funciones de apoyo trasladando agua en dos tanques para los operarios con mochilas y/o bomberos en el frente de fuego. Varias camionetas se utilizaron en el rescate de terneros y traslado de agentes y elementos varios.

Lo que el fuego se llevó

Un relevamiento preliminar señala que se perdieron ensayos de rotaciones de larga duración (14 años), semillero de distintas especies de abonos verdes y colección de mandioca y caña de azúcar, semillero de pasto Nilo, árboles forestales plantados en la costa para control de erosión, un monte frutal e instalaciones de una chacra demostrativa de la agricultura familiar.

La superficie quemada asciende aproximadamente a 450 hectáreas de campo natural y 100 hectáreas de áreas destinadas a ensayos experimentales arrasados y unas 40 hectáreas de pasturas implantadas.

“Si bien es cierto que en el incendio hubo grandes pérdidas materiales valuables y otras no valuables, también es cierto que se salvaron muchas cosas, probablemente de mayor valor, no hubo que lamentar daños personales, se resguardaron edificios, laboratorios, viviendas, galpones, hacienda tanto bovina como ovina, equipos y herramientas varias, etc. En gran medida esto fue posible por el gran esfuerzo y compromiso de un grupo importante de agentes de la institución, que estuvieron a la altura de las circunstancias en la lucha contra el fuego”, sintetizó agradecido Alfredo Marín, director de la Unidad.

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