Con seguridad, el ejemplo de Misiones es más que llamativo si se tiene en cuenta que ha sostenido una posición virtualmente única en la Argentina a pesar de su ubicación geográfica a modo de cuña, entre dos países con sistemas sanitarios desbordados: Paraguay y Brasil.
Principalmente Brasil que ya desde el año pasado fue alcanzado el penoso “privilegio” de ser la nación que accedía a los primeros lugares en cantidad de fallecidos por el Covid 19. Inclusive hoy es considera como un peligro a nivel mundial, con una cepa que lleva por nombre Manaos de alta contagiosidad.
Desde el primer momento, Misiones tomó decisiones prudentes, fundadas. Resultado de una dirigencia que actuada con interconsultas permanentes y que, a su vez, había convocado a un comité de expertos de modo de responder como era debido a las particularidades provinciales. Una de las cuales y la más preocupante fue la frontera “colador” con decenas de pasos no habilitados y ríos que la circundan y que pueden ser traspuestos hasta con las canoas más precarias.
Ahí tuvo que imponerse la responsabilidad individual y comunal. Cada municipio con un comité de crisis que monitoreaba la situación y la reportaba a las autoridades provinciales.
El cierre oficial de las fronteras con pasos habilitados habría de hacer el resto en materia de impedir que llegara hasta aquí la severa emergencia que afectaba a los vecinos. Para los que también hubo solidaridad: la vecina Paraguay habría de recibir insumos médicos en varios momentos durante la pandemia. De hecho siempre había sido dependiente sanitariamente de Misiones.
Y la provincia vio cómo se ponía en tensión, cómo se ponía en valor lo actuado en materia sanitaria en las últimas dos décadas. La expansión de la infraestructura, la sumatoria de recursos de última generación, de recursos humanos propios inclusive, demostró cuán oportunas habían sido las decisiones adoptadas en cada momento.
Otro hecho saliente fue el que puso en evidencia la educación disruptiva. Al principio de la pandemia Misiones fue la primera Provincia en cerrar todo y en poner en práctica un protocolo sanitario en el aeropuerto de Puerto Iguazú. El aula virtual venía siendo un hecho extendido y con la pandemia creció más y se afianzó.
Después habrían de llegar las flexibilizaciones tan cuidadas como en el primer día. Y aunque debió afrontar las “rebeldías” impulsadas por el “cansancio”, fueron los menos los que actuaron irresponsablemente.
