La decisión de la UTA de mantenerse al margen de la medida de fuerza responde a la conciliación obligatoria dictada por la Secretaría de Trabajo en el marco del conflicto salarial con las cámaras empresarias del sector.

El gremio, liderado por Roberto Fernández, decidió respetar la disposición oficial y evitar sanciones, lo que implica que los colectivos seguirán circulando con normalidad en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y también en varias provincias, incluida Misiones.

La medida nacional afectará sin embargo a otros sectores clave del transporte. Están previstas interrupciones en los servicios de trenes, subte y vuelos de cabotaje, así como la adhesión de gremios como los metrodelegados y los peones de taxi. El paro fue votado por unanimidad en el consejo directivo de la CGT y busca expresar el rechazo a la política económica del Gobierno.

En Misiones, el funcionamiento del servicio dependerá de los choferes y las empresas, pero hasta el momento no se han reportado cambios en la prestación. Con la UTA fuera del paro, la provincia vuelve a desmarcarse de una protesta nacional y garantiza el servicio de transporte, al menos por 24 horas.

El Gobierno, por su parte, ve en la postura de la UTA un gesto de distensión y un freno al alcance total del paro. Incluso ordenó auditorías en la obra social del gremio como parte de una estrategia para mantener bajo control a un actor clave del sistema de transporte público.

Así, mientras en gran parte del país el jueves amanecerá con paradas vacías y estaciones cerradas, en Misiones los colectivos circularán como cualquier otro día.