A pesar de los esfuerzos de los nuevos directivos, la CELO enfrenta intervenciones en sus cajas por parte del Ministerio de Acción Cooperativa de Misiones, reflejando las persistentes dificultades económicas de la cooperativa.

La renuncia de Conil fue solicitada por los socios de la CELO aproximadamente un mes después de su asunción, junto con Derna y el síndico, mediante una nota. Los socios argumentaron la violación del estatuto social de la cooperativa, que establece una antigüedad mínima de dos años como socio para ser consejero.

Durante su breve gestión, Conil y otros directivos intentaron sanear las irregularidades de la cooperativa, pero estos esfuerzos se vieron opacados por cuestionamientos y manifestaciones de los socios. Una audiencia pública convocada por el Concejo Deliberante de Oberá evidenció la frustración de la comunidad, señalando problemas como la falta de agua y electricidad, la no conformidad con el cumplimiento del estatuto por parte de los representantes actuales, y la falta de transparencia en los balances y la deuda de la cooperativa.