Política
Trama interna

Se terminó la época de los "intocables" en la renovación

Miki Verón resistió varios años en el cargo a pesar de las críticas de la comunidad Mbya.

Algo cambió dentro del Frente Renovador después de la salida de Miguel Thomas, de la Dirección General de Rentas. Durante los casi 20 años que estuvo al frente del organismo recaudatorio, “Pimpi” se había convertido en el representante del duro esquema fiscal que implantó la renovación. Fue un intocable para Carlos Rovira, que se encargó de extender los dientes del Estado en cuanta actividad económica fuera posible, con el fin de alimentar el cada vez más grande aparato estatal, destaca un informe publicado por el portal Desde el Margen.

Sin embargo, el desgaste en su relación con la cúpula renovadora en los últimos años y el revuelo mediático por la causa judicial contra su hermano Oscar, -quien supo estar al frente de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), durante casi dos décadas-, empujaron su salida a fines de 2019. El tiempo de los intocables había terminado.

Con la partida del histórico titular de la DGR, también vino una limpieza en el gabinete del recién asumido Herrera Ahuad. Por la derrota en las últimas legislativas nacionales (donde perdieron dos de las tres bancas en juego) rodaron varias cabezas, pero a diferencia de otras ocasiones en que los funcionarios caídos en desgracia eran consolados con algún cargo de menor exposición, ahora varios quedaron fuera del tablero.

Este 2021, Herrera Ahuad parece decidido a alinear a la tropa para conseguir una victoria en las elecciones y primero empezó por limpiar la casa. Muy sonadas fueron las últimas “renuncias” de Luis Lichowski en el Ministerio de Industria, quien se retiró del cargo sospechado de haber pedido coimas a empresarios para instalarse en el Parque Industrial de Posadas.

Por tal motivo, durante el año 2018 fue denunciado penalmente por presunto delito de cohecho, por el legislador misionero del radicalismo, Gustavo González. Otro de los motivos que habría provocado su salida fue el direccionamiento de fondos públicos hacia la universidad privada (UGD), casa de altos de la que supo ser rector y que pertenece de manera conjunta con esposa e hijos. Dicha institución es fuertemente cuestionada por los subsidios que recibe desde el Gobierno provincial, ya que Lichowski incrementó su patrimonio de manera exponencial y la universidad familiar fue excesivamente beneficiada durante su gestión al frente del sector industrial.

Otro que dejó su cargo después de casi 20 años fue Arnulfo Verón en Asuntos Guaraníes, quién hace mucho resistía en el cargo a pesar de las críticas de la comunidad Mbya guaraní. También se le terminó la “carrera” a Rafael Morgenstern en el Ministerio de Deportes, después de la supuesta compra de 12 mil viandas de comida para un evento oficial a una empresa de catering la cual pertenecería a su entorno familiar. El escándalo fue recogido por los principales medios del país, sellando así la suerte del piloto. Otra que también se quedó afuera fue la borocotizada Myriam Duarte, quien había asumido en 2017 como subsecretaria de Relaciones con la Comunidad, cargo al que llegó después de ser diputada por el Partido Agrario y Social, además de una fuerte crítica del gobierno renovador.

La conducción renovadora está más atenta que nunca a las repercusiones que puedan tener los escándalos que protagonizan los funcionarios. Con el avance de las tecnologías y la velocidad de la difusión, ya nadie se salva de la exposición pública y el grueso de los usuarios de las distintas redes sociales no demora en expresar su descontento o replicarlo. Un ejemplo fue el de la subsecretaria de la Mujer y la Familia, Gisel Dobidenko, quien fue echada por el gobernador después organizar un festejo por el Día del Militante en plena pandemia, violando las disposiciones sanitarias. Ni bien el video se viralizó, la funcionaria fue apartada.

El refresh llegó

Rovira parece decidido a profundizar el recambio de figuras de cara a las próximas elecciones. El refresh del que viene hablando el líder oficialista en los últimos años apunta a una limpieza en el elenco estable de la renovación, donde históricamente un grupo de funcionarios rotaban en los cargos y también en las listas de candidatos. Pero la medida también sirve para disciplinar a los dirigentes que hicieron la plancha en las últimas campañas. Eso explica la advertencia que Herrera Ahuad lanzó al lado de Rovira en el discurso de su asunción como gobernador: “Funcionario que no trabaja: chau, hasta mañana”.

La derrota en las legislativas nacionales profundizó la grieta interna en la renovación y la tolerancia cero a los escándalos públicos se impone como que la nueva normalidad dentro del oficialismo misionero. Toda una señal de alerta para algunos históricos popes que se acostumbraron a la impunidad en los casi 20 años que el Frente Renovador conduce Misiones.

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